FIN

Como ultima entrada toca ponerse a justificar los diferentes títulos y aquí la verdad que tampoco hay mucho que decir.

Como ya se habrá notado, quería darle al blog un aspecto sarcástico e hilarante, lo que quería destacar con los títulos los cuales representan en cierto modo el carácter del personaje que he creado al escribir las entradas.

Todos y cada uno de ellos fueron sacados de palabras casi al azar de cada uno de los libros sin seguir ningún orden en concreto, simplemente me he dedicado a abrir un capítulo al azar y buscar la palabra que creía que más representaba a la entrada.

Y con esto doy por finalizado el blog. Con todos ustedes, señores y señoras: ALGO DE UN MUSICAL

FIN

Con excesivo rigor acaba pareciéndonos ridículo

Pues ya está, por fin hemos acabado. La gente se lo ha pasado bien, se han reído y se les veía en las caras la frase de «menos mal que no estoy ahí, anda». Lo mejor de haber acabado éste trabajo es que está confirmado, ¡VACACIONES! Aunque en mi caso se dedicarán a acabar unos cuantos proyectos personales, si que significa un descanso. Al final he de decir que no ha sido tan terrible como temíamos. Aun así habrá que esperar a que nos pasen los vídeos… A saber…

Pero una cosa no quita a la otra ¡POR FIN!

Con excesivo rigor acaba pareciéndonos ridículo

La belleza de una tetera

El gran día esta cerca, ya noto los abucheos de la gente y las piedras golpeándonos en la cabeza. Huele a fracaso, huele a ridículo, huele a Schizophrenic por homme, eau de toilette.

Hablando en serio, esto es un desastre, eso si se podrán reír de nosotros un rato. Si la gente no sale de la sala con una sonrisa en la cara todo el esfuerzo no habrá valido de absolutamente nada.

La belleza de una tetera

Aterrando a los bañistas

A cada día que se acerca la actuación mas horrible es todo. Los bailes, la letra recibe cambios constantes y aun no se ha decidido cómo será la segunda parte de la letra debido al goteo de gente. Con un poco de suerte podremos tenerlo todo acabado para el día antes de la actuación. Acabado que no completo y ensayado, OJO. Pero a lo hecho pecho y esto hay que acabarlo.

Eso sí, con tanto baile estoy haciendo un tipazo que ni la Britney Spears.

Aterrando a los bañistas

Y así nos va

Con collar de florecitas y camisa blanca ajustada… vaya pintas.

Como si no tuviera bastante con cantar y bailar para colmo me obligan a vestirme de payaso. Odio los malditos payasos… Éste trabajo se vuelve a cada entrada más surrealista, ¿verdad? Espero que la gente se lo pase bien, yo no se cómo estaré el día de la actuación.

Y así nos va

Cuando, como diseñador, se me pregunta

Venga va… Toca pruebas de vestuario, por si la cosa no podía ir peor.

Otra cosa no, pero he de admitir que toda la época de preparación la vivimos entre risas. Eso si, risas nerviosas y, sobretodo, dolores de estómago (al menos por mi parte). Nos reímos, si y mucho pero no por el trabajo en sí, sino por lo absurdo que era todo. Nos reíamos del desastre que iba a ser y de lo penoso que se nos iba a ver. Cuando nos acordamos, sin embargo, de los que nos esperaba… no eran tanto risas como nervios y dolores de estómago. Algunos rezaban: «no vendrá nadie«, «al final no se hará chicos, ya veréis«… Esperemos…

De momento Gandalf tiene algo que decir:

Cabrón…

Cuando, como diseñador, se me pregunta

Se puede objetar

Bueno gente, a bailar, pero ahora de verdad, ¿eh? En serio… sin excusas.

Tocaba hacer la temida coreografía y nos dirigimos hacia el salón de nuestra desdicha, digo… de actos. Una vez allí la cosa fue un desastre de carácter espectral. No salía nada, los pasos no se decidían, la gente no venía a clase (me incluyo). Pero había que sacarlo, así que nos pusimos a ello con fuerza y tesón si siguió siendo un desastre… Eso sí:

Se puede objetar

Pisando la pasarela

Toca entrada de reflexión because of yes.

He decidido dedicar ésta entrada un poco a reflexionar a cerca del proyecto en general, de mis experiencias, de mis inquietudes, de mis ambiciones, de mis… De ver que coño voy a hacer aquí vaya.

Ya desde que se mencionaba el proyecto del musical yo me lo tomaba a coña. «Si ya, claro» me decía, «y luego salimos desnudos corriendo por Avilés». Más tarde pensaba: «esto me pasa por reírme, por mala gente. Será el Karma o algo…». Y por último me decía: «tu quédate si quieres que yo me voy, ya nos veremos después del espectáculo» y mi mente se fue over the raimbow a ver a Dorita y ayudarla a vencer a la bruja del Este.

Ahora hablando en serio, al principio no tenía muy claro como tomármelo. Se ha juntado en un trabajo 3 de las cosas que más odio: cantar, bailar y los malditos musicales. Me decidí por la opción más clásica en mi: reírme por no llorar. Iba a tener que hacerlo para aprobar la asignatura, así que tocaba hacer de tripas corazón y enfrentarse a ello con nervios de acero y tragándome el orgullo. Me decían que haciendo el ridículo perdería la vergüenza y que todo lo que hiciera a partir de entonces sería una tontería en comparación. Sin embargo algo que yo haría podría hacerlo de tal manera que me resultara cómico, divertido y entretenido para mí, haciendo reír a la gente haciendo algo que me gusta, no cantando y bailando. Siempre lo he dicho, no me importa hacer el tonto para hacer reír a la gente, pero si me dieran a escoger, preferiría que fuera haciendo algo que me haga reír a mi también y eso lo piensan el 99,99% de los cómicos del mundo.

En resumen, pienso que hay otras maneras de perder la vergüenza. Una obra de teatro cómica puede ser divertida de hacer y requiere el mismo esfuerzo en grupo que el de éste trabajo eliminando el factor ridículo. Una parodia relacionada con el diseño gráfico con un guión elaborado requiere incluso más dedicación que escribir por encima de una canción ya existente. Y si la gente se reirá mientras piensan: «joder… menos mal que no soy yo el que está ahí» y se lo pasarán bien viendo como 4 pringaos mancillan uno de los clásicos más clásicos del subgénero que son los musicales, pero un servidor estará haciendo algo que no soporta y siempre digo que puestos a que te dejen hacer algo, mejor hacer algo que te guste.

Y acabo ya que estoy escribiendo demasiado. Que pesado soy, coño, me aburro a mi mismo.

Pisando la pasarela

Sinuosos y Vegetales

Un escalofrío me recorría la espalda, los pelillos del culo se me erizaban, mis piernas comenzaban a temblar y mi vejiga amenazaba con vaciarse en cualquier momento. ¿Qué podía significar eso? ¿Qué era lo que mi cuerpo trataba de decirme? ¿Qué era esa fuerza que penetraba en mi interior como un puzle penetra en un huevo Kinder aguardando a joderle la tarde a un niño ilusionado? Puede ser… ¿Sí? Era la hora de bailar.

Como decía el maestro y mentor King Africa: «Bailar, bailar, bailar, bailar». Si, amigos, tocaba salir a la pista y ponerse a bailar que mi cuerpo lo hace fenomenal. Ahora en serio, es la primera vez en mi vida que se juntan en un trabajo las dos cosas que posiblemente más odie en éste y demás mundos: bailar y cantar, así que sin duda se trataba del mayor reto de toda mi vida.

Comenzamos con la coreografía en el salón de actos y en mi cabeza oía: «Venga Sergio coño que no es tan difícil tío, 1, 2, 3 un pasito pa’lante Sergin, 1, 2, 3 un pasito pa’tras, está fácil». En resumen, la coordinación horrible y aún espero a que llegue el momento de cantar y bailar, eso ya va a ser el acabose. Deseadme suerte.

Sinuosos y Vegetales